Este es mi hogar

La palabra hogar proviene del lugar donde se encendía el fuego, en cuyo alrededor se reunía la familia para calentarse y alimentarse. El término hogar tiene una curiosa etimología, derivado del latín «focus» – «hogar» (lugar en la casa donde se prepara la hoguera) que se extiende a la casa misma o a la familia que habita en ella. A diferencia del concepto de casa, hogar va más allá de la vivienda física, pues es el lugar donde un individuo o grupo de individuos habitan, creando en ellos la sensación de seguridad, calidez y tranquilidad.

Hogar

¡Bendito sea el lugar, donde mi barca he anclado!

En el paso temporal

por este viaje de ida,

que me han regalado.

¿Quién no quiere levantarse,

ver el mundo, partir y viajar?

Como vagabundo

libremente errar.

Desatar los lazos que nos paralizan, ¡escapar!

Todo esto se hace dulce cuando nuestra choza nos espera.

¿O pregunta al que lejos de los suyos está?

con conocimiento de causa,

respuesta certera te dará.

Cuando de mi bohío tenga que partir,

al cada hito de la carretera, ciudad o país pasar,

de todas y cada una de sus señales me dejaré aconsejar,

con sudor y lágrimas cada peaje voy pagar,

y en mi mochila con las experiencias vividas

volveré a mi hogar.

Cuando mi pequeño yo

en su bulla y su pasado me quiera encerrar;

a través de la puerta de la oración, una meditación, o simplemente en silencio,

al templo del Todopoderoso,

habré de retornar.

Casa sobre roca

Que cuando cayeron las lluvias,

se precipitaron los torrentes,

soplaron los vientos y la sacudieron;

no se derrumbó,

porque está construida sobre la roca

que en la cruz por mí murió.

Y cuando al mundo de las formas tenga que dejar,

A la casa más allá del espacio tiempo,

fuente de todo bien,

habré de retornar.

El hogar siempre va más allá de un simple espacio físico, ya sea el hogar actual con los tuyos, el hogar materno, tu país de origen, tu cuerpo interior; o al de este mundo partir y a la fuente de todo bien retornar; allí sentirás la calidez, la total quietud y la alegría de ser.

Paz y bien,

Yolquin