La alegría de fluir con la vida
- Yolquin Estévez Torres
- 5 sept 2018
- 2 Min. de lectura

En este mundo de las formas, polarización de lo bueno, lo malo; la pérdida, la ganancia; el fracaso, el éxito, etc. Donde todo tiene un enfoque marcado y orientado al logro, muchas veces nos encerramos en la prisión de nuestra auto-realización y perseguir resultados; perdiendo en dicha carrera el gozo de la acción en sí misma y disfrutar lo que estamos viviendo. Nos olvidamos que el fruto viene por añadidura.
Si esta es tu situación… ¡Despierta!, calla la afanosa mente y entra en estado de alerta presente. Una vez en calma, cuando asumas la responsabilidad de no culpar a nada ni a nadie de tu situación, ni a ti mismo, y aceptes las circunstancias, los sucesos y las personas tal y como son, y no como te gustaría que fueran; te darás cuenta que las situaciones por solucionar no son más que oportunidades para aprender y avanzar; entonces las cosas comenzarán a fluir con facilidad; la vida la percibirás con alegría; dejarás de depender del futuro para tu realización y satisfacción; no estarás apegado a unos resultados, y tu estado interior no lo podrán cambiar ni el fracaso ni el éxito; fluirás con la vida y vivirás la alegría de ser.
No hay pasado,
nada espero.
No existe que haber, tampoco poseer,
cuando en resonancia entro
en esta gracia,
que solo me deja ser.
Salgo de la prisión
de mis emociones y mi mente,
y me arraigo en la quietud
de estar solo presente.
Respiro profundo
y a mi alrededor observo,
que no falta nada,
pues siendo todo lo tengo.
En ti la vida soy,
espacio impregnado por el universo
que toma la forma temporal donde estoy.
Consciencia en la que vivo,
danza de las formas,
donde la alegría de ser se despliega de una vez
al ritmo de lo que es.
Espera alerta,
luz encendida,
en la que nos encontramos con el ahora
en su venida.
¡Qué bien se está aquí!
Donde los vientos que agitan la superficie de mi océano,
no afectan la completitud de la paz de mi ser.
Reconocemos la importancia de un enfoque sano en resultados y situaciones donde tenemos que enfrentar la adversidad, propiciar cambios, lograr objetivos, sin embargo con una conciencia alerta, ya nuestras metas no son perseguidas de manera inflexible, agotadora; nos liberamos de “llegar a ser”…, porque ya somos. Nuestra felicidad y sentido de nosotros mismos, no dependen del resultado, no pedimos que las situaciones, condiciones, lugares o personas nos hagan feliz. Reconocemos que todo está de paso, y que en un nivel más profundo, ya estamos completos. Una vez aceptas lo que es, poniendo a un lado el juicio de la mente y entregándote consagradamente, sale a la luz lo mejor de ti, vives la alegría de fluir con la vida y el efecto es… ¡El triunfo!
Un saludo de paz y bien,
Yolquin.
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