Haz tus planes, pero que el Señor dirija tus pasos. Parte I.

El nuevo año recién inicia y de igual manera con dicho inicio, queremos crear nuevas experiencias de nuestra realidad actual. Se respiran aires de querer avanzar, de evolucionar en diferentes planos; de experimentar y vivir nuevas experiencias. Algunos planean mejorar el plano espiritual; otros su salud física y mental, ya sea bajando de peso o mejorando alguna condición de salud; otros avanzar en sus negocios y así mejorar sus finanzas; algunos concluir su carrera y seguir mejorando intelectualmente; otros planifican ese viaje para estrechar lazos familiares, etc. Es un momento excelente para trazarnos objetivos y trabajar nuestros planes.

Sabemos que la planificación nos permite anticipar posibles problemas y sus soluciones, al mismo tiempo incentiva las acciones a tomar ya que tenemos una dirección hacia una meta. Ahora bien, no debemos tener un rígido enfoque sobre dichos planes, ya que las soluciones de los problemas no se deben forzar y con ello crear nuevos problemas. Debemos, con disciplina y seguimiento, ser flexibles, esto nos permitirá maniobrar, ajustar, afinar y si fuese necesario reenfocar dichos planes. De hecho en nuestro corazón se generan muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios de lo que ha de ser.

Incertidumbre, por Yolquin Estévez.

¿Qué sucederá? ¿Cambiarán las cosas?

Que la ansiedad del futuro no oscurezca mi conciencia plena,

que pueda sin temor amar

y en la naturaleza a Dios mismo contemplar.

El aquí y el ahora vivir,

así la vida y los planes dejar fluir.

¿Saldrá el sol? ¿Caerá nieve? ¿Lloverá?

Que en la certeza de lo que espero

y en la convicción de lo que no veo,

la realidad de lo que es pueda yo aceptar,

para que el bien mayor ocurra,

según la voluntad del Creador quien en mí conjuga el verbo amar.

¿Y mañana? ¿Qué será de mí?

Que me permita ser como soy,

y a los demás como son, una reverencia hacer,

para dejar salir el haz de luz,

donde resplandecen infinitas posibilidades

y la libertad de ser.

Sobre lo que quiero,

que mi intención sea tan clara

como muchas de las aguas de las playas de mi país.

Que me entregue y confié en la voluntad del Todopoderoso,

para que se manifieste el acontecimiento

más apropiado para mí.

La incertidumbre y sus eventuales imprevistos, han de ser elementos claves a considerar en nuestros planes, pero sobretodo con la conciencia plena puesta en el aquí y ahora, tener la capacidad de aceptar cada momento tal cual es en el trayecto de los mismos. Esto nos abrirá las puertas por donde entrará la luz y podremos ver infinitas posibilidades, permitiendo que las soluciones surjan espontáneamente y como han de ser. Bien está escrito en La Palabra: “El hombre planea su camino, el Señor le dirige los pasos”, proverbios 16:9.

Este artículo tendrá varias partes, siendo ésta la primera. En la segunda parte te daré herramientas para que auto evalúes tu nivel de equilibrio y bienestar en tu vida, luego trabajaremos en descubrir tu visión y propósito en la vida y te daré las herramientas para que trabajes tu planificación personal.

Un fuerte abrazo de paz y bien,

Yolquin